Nuestra mente es una herramienta poderosa, pero también una narradora incansable… y muchas veces, mentirosa. Lo más complejo es que lo hace con tanta seguridad, que terminamos creyéndole.

Frases como “no soy suficiente” o “esto va a salir mal” se sienten como verdades absolutas, cuando en realidad son interpretaciones aprendidas, patrones mentales que repetimos sin cuestionar.

La mente anticipa, protege, imagina. Pero el cuerpo no miente. La intuición tampoco.

Yo también le creí a todo lo que mi cabeza decía. Me paralizó, me saboteó y me convenció de que “no era el momento”. Pero con el tiempo entendí que la mente no es enemiga, solo necesita ser observada sin identificarnos con ella.

¿Y qué puedes hacer cuando tu mente te limita?

Cuestiona tus pensamientos más recurrentes: ¿esto es realmente cierto?

Vuelve al cuerpo: mueve, respira, siente. Tu cuerpo sabe.

Rodéate de personas que vean en ti lo que tú aún no puedes ver.

Muchas veces, el primer paso hacia una vida con propósito es este: dejar de creer todo lo que pensamos.

📘 Si este tema resonó contigo, agenda una sesión de coaching o revisa mis talleres en https://germanpico.com.

Estoy aquí para ayudarte a reencontrarte con tu verdad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *