Nos acostumbramos a la velocidad. Al “¿cómo estás? Apurado, pero bien”. Como si vivir en piloto automático fuera una forma válida de existir.
Pero el cuerpo avisa. Las relaciones se enfrían. El propósito se diluye. Y de pronto, sentimos que estamos logrando muchas cosas… menos sentirnos bien con lo que hacemos.
La pausa es una estrategia, no un lujo
Pausar no es detenerse por debilidad. Es hacerlo con la intención de escuchar lo que hace tiempo venías postergando y preguntarte si estás avanzando en la dirección correcta.
Yo también fui adicto al hacer. Hasta que una pausa forzada me enseñó que parar puede ser el acto más valiente que tomas en tu vida.
¿Qué te puede regalar una pausa?
- Claridad sobre lo que sí quieres seguir construyendo.
- Reconexión con lo que te entusiasma.
- Energía emocional para volver a moverte, esta vez con más conciencia.
¿Te gustaría convertir tu pausa en un nuevo punto de partida?
Acompaño a personas que están en transición, en redefinición o que simplemente necesitan un espacio para parar y reenfocar.
📘 Agenda una sesión de coaching individual o conoce los talleres que pueden ayudarte a rediseñar tu rumbo en: https://germanpico.com también es avanzar